Llevaba bastante tiempo antojado por uno de estos mini ordenadores o tarjeta con Linux embebido y hace unas semanas decidí pedirle mi deseo a los Reyes Magos, pues este año 2014 me he portado muy bien.
Finalmente solicite a sus majestades una Raspberry Pi B+ y les chive que podían localizarla en los chicos de RaspiPC, para que no se despistasen mucho. Elegí una Raspberry pues fué de las primeras en dar a luz desde Reino Unido, a través del personal de la Rasberry Pi Foundation, y con una amplia comunidad de usuarios en donde se la conoce con cariño, como RPi o frambuesita. Una tarjeta desarrollada con fines educativos para llevar a la escuela y a los más pequeños, la informática, Linux y la programación, una idea que me recuerda a mi infancia y mi querido AMSTRAD CPC464.
Mi modelo es una revisión del pasado julio del 2014 que deriva como actualización del modelo B inicial. Su corazón es un procesador ARM Broadcom BCM2835 a 700 Mhz y con 512 MB de memoria RAM. Como interfaces tiene cuatro puertos USB, Ethernet, HDMI y jack con salida de audio estéreo y de vídeo compuesto. Para aplicaciones electrónicas disponemos de 40 pines GPIO o de entrada-salida de propósito general, así como puertos para LCD y cámara. Se alimenta mediante conector microUSB y su consumo es de 1W. La ranura microSD permite la instalación del sistema operativo Rasbian, entre otros, una distribución especifica basada en Debian. Todo esto en la superficie de una tarjeta de crédito.
Después de la ansiosa espera, llega la mañana de Reyes y recibo un pequeño paquete que dentro incluía como sorpresa: una Raspberry Pi en su simpática cajita, su carcasa negra original, alimentador USB de 2A, cable con interruptor integrado, cable de red y una tarjeta microSD de 16GB. Ahora solo me queda cargarle Rasbian, configurar algunas opciones y a divertirse.
Con la microSD ya prerparada y sin necesidad de teclado, ratón, ni monitor accedo a mi frambuesita tanto por consola (SSH) como por escritorio (XRDP) remoto. Ya explicaré como hacerlo.
Me hubiera gustado que me la trajera Papa Noel, para bichearla antes, pero es un gran fastidio que mi casa no tenga chimenea y el señor Noel pase de largo. Me he llevado todas las Navidades ansioso por recibir este "juguetito" y lo peor pensando en la multitud de ideas y proyectos que puedo hacer. :P